- Sin Hacks
- Posts
- Trabajos Infinitos, Leer y Estar Bien
Trabajos Infinitos, Leer y Estar Bien
¿En qué momento de mi trabajo infinito podré sentarme a leer tranquilamente?
La Noticia: Resulta que tenemos trabajos infinitos

Antes, la jornada laboral tenía un principio y un fin bien definidos.
Ahora, parece que el trabajo se ha vuelto como esas series que alargan sin necesidad: simplemente no se acaba. Esta nueva tendencia del "día de trabajo infinito" se empezó a colar en nuestras vidas con eso de trabajar desde casa, pero lo que parecía temporal ya se quedó como la nueva normalidad para muchos que nomás no logran desconectarse.
Los datos no mienten y pintan un panorama que seguro te suena familiar.
Y para darte una idea, ahí te van unos números que duelen: un buen porcentaje de la gente, en lugar de apagar la alarma y seguir durmiendo, lo primero que hace a las 6 de la mañana es checar el correo del trabajo. Para media mañana, ya estamos ahogados en juntas, muchas de ellas sin siquiera estar agendadas, y para acabarla, justo cuando andamos más productivos.
La cosa no para ahí, pues el trabajo se extiende hasta la noche y los fines de semana, con reuniones después de las 8 p.m. y un bombardeo de correos fuera del horario laboral. Y ni hablemos de las interrupciones, porque parece que cada dos minutos salta una notificación, un correo o una junta.
Ahora la supuesta solución es la inteligencia artificial, que nos ayudará con las tareas repetitivas, pero seamos honestos, ¿no suena a que ese tiempo "libre" solo se va a llenar con más y más pendientes?
Si quieres apoyar este contenido, da click al anuncio debajo, es gratis y me ayudaría muchísimo 😀
Seeking impartial news? Meet 1440.
Every day, 3.5 million readers turn to 1440 for their factual news. We sift through 100+ sources to bring you a complete summary of politics, global events, business, and culture, all in a brief 5-minute email. Enjoy an impartial news experience.
El Comentario: ¿Por qué nos cuesta tanto leer?

¿No te pasa que cada vez es más difícil concentrarte en un libro? No es tu culpa.
La cosa es que vivimos rodeados de tecnología diseñada para jugar con la química de nuestro cerebro. Cada notificación o correo nuevo nos da una pequeña dosis de dopamina, una sustancia que nos hace sentir bien.
El resultado es que nuestro cerebro se acostumbra a esas recompensas chiquitas e inmediatas y luego le cuesta un montón de trabajo hacer algo que requiere más paciencia, como leer.
Al final, esta dinámica nomás nos deja más cansados y menos productivos en el día a día. Por eso, leer un buen libro funciona como el antídoto perfecto; nos obliga a bajar el ritmo, a pensar con más calma y a conectar de nuevo con nosotros mismos. La clave está en volver a entrenar a nuestra mente, poniéndonos horarios para desconectarnos y dándole una oportunidad a la lectura para recuperar nuestra capacidad de enfocarnos.
La Recomendación: Deja de Decir que Estás Bien de Mel Robbins

Este libro de Mel Robbins va directo al grano sobre un hábito que casi todos tenemos: decir que "estamos bien" cuando en realidad nos sentimos estancados, aburridos o insatisfechos con alguna parte de nuestra vida.
La autora te da una buena sacudida y te explica que esa sensación de estar atorado viene de la resistencia que nosotros mismos ponemos para no cambiar. Es esa vocecita que te dice que mejor te quedes en tu zona de confort en lugar de buscar lo que realmente quieres.
Básicamente, el libro te obliga a dejarte de rollos, a ser honesto contigo mismo y a reconocer qué es lo que no funciona para poder empezar a moverte.
Lo más importante del libro es que no se queda en la teoría, sino que se enfoca en la acción. Mel Robbins insiste en que no puedes esperar a que te llegue la motivación para empezar a hacer las cosas; tienes que obligarte a dar el primer paso, por más pequeño que sea, para generar esa energía. Te da herramientas y ejercicios prácticos para vencer esa "flojera" mental y la manía de sobrepensar todo.
Se trata de tomar decisiones rápidas y actuar antes de que tu cerebro te convenza de no hacerlo, demostrando que para conseguir lo que quieres, necesitas más empuje que planeación.
Reply